Por los pelos
Mis vacaciones el último verano fueron algo diferentes a lo que estaba acostumbrado, esta vez había podido hacer realidad dos de mis sueños, el primero conocer Turquía y el segundo hacerme un implante capilar, porque , aunque sigo siendo joven había heredado la calvicie de mi padre y eso se notaba mucho en mi cabeza. En Estambul todo fue fenomenal, aunque al principio tenía un poco de miedo por el idioma, sorpresa mía, aquello parecía Madrid, veía grupos de españoles caminando por las calles, todos con la cabeza vendada pues estaban allí por lo mismo que yo, eso me hizo sentir muy a gusto. Sin dudarlo fue el verano de mi vida, un país más que tachar en mi mapa de viajes y lo más importante, un pelazo que me hacía ver por lo menos diez años más joven. Y como todo lo bueno se acaba había llegado el momento de volver a España. Al aterrizar en Barajas, cuando me disponía a salir del avión, en la puerta esperaban por mi dos agentes de la guardia civil, que con mucha cautela y dis